Había una vez una vicuñita llamada Ocli que era muy feliz en su manada. Pero en una mañana Ocli escuchó un sonido raro, como si fuese una bomba, tan fuerte era el sonido que despertó a otras vicuñas. Todos estaban muy asustados, pero el único que no tenía miedo era Ocli porque sospechaba que esas criaturas extrañas no eran tan inteligentes como él.
-¡Aaaaaaaaaaahhhhhhhhh!-, una de las vicuñas gritó porque esas criaturas extrañas tenían armas de fuego y mataban a muchas vicuñas. Aún así Ocli no tenía miedo; el empezó a morder a las criaturas extrañas, le intentaban matar a Ocli pero el esquivaba las balas.
Era como una guerra del bien contra el mal, las demás vicuñas empezaron a ayudar a Ocli pateándolos, empujándolos, mordiéndolos y así es como lograron que las criaturas extrañas se fueran de su territorio. Todos empezaron a felicitar a Ocli porque su valentía salvó su manada.
FIN
-¡Aaaaaaaaaaahhhhhhhhh!-, una de las vicuñas gritó porque esas criaturas extrañas tenían armas de fuego y mataban a muchas vicuñas. Aún así Ocli no tenía miedo; el empezó a morder a las criaturas extrañas, le intentaban matar a Ocli pero el esquivaba las balas.
Era como una guerra del bien contra el mal, las demás vicuñas empezaron a ayudar a Ocli pateándolos, empujándolos, mordiéndolos y así es como lograron que las criaturas extrañas se fueran de su territorio. Todos empezaron a felicitar a Ocli porque su valentía salvó su manada.
FIN
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