miércoles, 14 de julio de 2010

LA VICUÑA SOLITARIA

LA VICUÑA SOLIRARIA
Erace hace mucho tiempo en las alturas de los Andes existia una vicuña que desde que hera muy pequeño no le gustaba compartir nada con nadie , siempre hacia las cosas el sólo , además siempre criticaba a los demás. Un día sus padres le dijeron que tenía que hacer amigos para que en el futuro no este sólo ;tenga a alguien cerca para poder sentirse bien y no pasar su vida sólo sin tener a nadie que lo apoyara. Así que cuando se fue a dormir ,reflecionó y recordo todos los males que les hizo a vicuñas ancianas y hasta las majaderias que les hizo a sus padres.
Al día siguiente se disculpó con todos a los que les hizo sentir mal pero uno de los que fue insultado pensó que hera una trampa para hacerles algo malo así que les dijo a sus amigos lo que el pensaba y tambien les metio esa idea , porque el dijo que nadie cambia de una vicuña mala a una amable, pero una de las vicuñas no apoyo su plan así que le dijo todo a la vicuña que había cambiada, por otra parte la vicuña que no se convencio envió a dos vicuñas y al volver las vicuñas le dijron que en verdad había canviado y el nolas creyó así que fue y conversaron y cuando habló con el estaba completamente seguro de que había cambiado y desde ese día todos fueron amigos.

lunes, 12 de julio de 2010

la hermosa vicuña con su envidia

LA HERMOSA VICUÑA CON SU ENVIDIA
Era una vez en las altas montañas de Puno nació una hermosa vicuña sus padre no se dieron cuenta la envidia que tenia en su corazón sus padres cuando murieron, ella no sabía que hacer se sentía solo pero su envidia seguia en su corazón ella fue expulsada de cada manada que entraba porque se metía con cualquier macho.
Era una noche que cuando se le acerco una pequeña cría y le dijo:
Tu eres muy mala por que nadie te quiere ella la miro con una cara horrible y la cría le dijo ¿cómo te llamas? ella le respondió me llamo Ángela y tu ¿como te llamas? y la cría desapareció ella sorprendida no sabia que hacer y se hecho a dormir al despertar le gusto la idea de ser una mejor vicuña hembra e hizo cosas positivas por esa razón las manadas la quisieron recibir en su grupo y la vicuña se dio cuenta que la vicuña con la que se encontró en esa noche era su madre y ahora su madre en el mas alla se siente orgullosa de su hija.

LA VICUÑA VALIENTE

Había una vez una vicuña hembra que vivia con sus hermanas en el campo más grande de ichu.
Era un campo verde y tranquilo; la madre dió a luz auna cría y a los pocos meses llegaron unos cazadores de pieles que cazaron a las vicuñas adultas. Solo sobrevivió una cría joven quien lopondremos como nombre Vectus; esa vicuña era un macho fuerte pero no iba a sobrevivir solo asi que se unió a una manada de vicuñas guerreras.
pasó el tiempo y logró ser el gefe de la manada; al ser adulto desidio ir con su manada a salvar a su antigua manada donde estaba su madre pero eran un poco deviles con los humanos, desidieron entrenar fórmulas de batalla violenta y lograron sacar una buena tactica de pelea que consistía en... primero cuatro guerreros debían de atraer a los humanos ydos gerreros los separaran en distíntas direcciones, segundo el gefe mas otros guerreros los iban a masacrar y tercero cuando los humanos esten peliando, dos vicuñas iban a abrir el corral de vicuñas para que las otras se escapen y así lo hicieron pero en el momento de sacar alas vicuñas de alli la madre estaba emosionada y se fue en la ayuda de su hijo y lograron escapar todas las vicuñas y nunca más se separaron.

jueves, 8 de julio de 2010

La vicuña de ocho patas

Vivir en el Cusco
Llana Ñawi era como cualquier otra niña del entonces naciente imperio, le gustaba mucho dibujar.
La vida de una niña de trece años, en aquel entonces, combinaba trabajo y diversión. Se levantaba con el Sol y se acostaba poco después que él. Su color favorito era el púrpura; pero, casi siempre, vestía de rojo, pues hacer el púrpura para teñir vestidos era muy, pero muy difícil. Yana Ñawi debía ayudar a sus padres en las tareas de la vida diaria; sin embargo ella había encontrado la forma de hacerlo y hacer lo que más le gustaba en el mundo: dibujar.
Dibujar era la vida misma para Yana Ñawi. Dibujaba sobre la tierra al amanecer, sobre el chuño recién molido mientras ayudaba a su madre durante el día, con los granos de cancha cada vez que su padre le pedía bajar algo de la colca y, sobre todo, sobre las grandes piedras de las fortificaciones que rodeaban al Cusco, al atardecer, cuando quedaba libre para jugar. La tarde era, pues, la parte más linda del día para Yana Ñawi.
A los guardias de las fortalezas se les tenía prohibido permitir que los extraños se acercasen a los muros. Pero Yana Ñawi ya no era una extraña. Tarde tras tarde iba a alguna fortaleza, y los guardias la recibían con vasijas llenas de pétalos de colores y le pedían que dibujase cosas para ellos:
-Dibújame una vizcacha, Yana Ñawi... Hazme una vizcacha -le decía un guardia.
-No, Yana Ñawi... Yo te traje los pétalos de cantuta... Hazme un paisaje... Como de mi pueblo, con el lago Titicaca al fondo... -le decía otro.
Y así pasaba Yana Ñawi la tarde: atendiendo los pedidos de unos y otros. Al caer la noche, Yana Ñawi volvía a casa trazando líneas entre las estrellas, uniendo unas con otras como en esos ejercicios de unir puntos que les dan a los niños pequeños, dibujando chaquitacllas, casas y hasta vicuñas en el cielo.
Un encuentro importante
Una tarde, mientras Yana Ñawi dibujaba vizcachas y paisajes para los soldados de una de las fortalezas, aparecieron cuatro hombres que, a decir de su forma de vestir y de cómo se asustaron los soldados al verlos, eran gente muy importante.
Uno de ellos, el mayor, evidentemente molesto, gritó a los soldados:
-¿Esa es la forma en que ustedes protegen al Cusco, nuestra ciudad, del acecho de los chancas?
Sucede que por aquel entonces la mayor amenaza para los incas eran las chancas, un pueblo que habitaba en los alrededores del río Apurímac, no muy lejos del Cusqo. Las chancas eran tan buenos guerreros que no sólo no habían sido conquistados por los incas, sino que cada cierto tiempo lanzaban ataques sobre el Cusco. En esos días se hablaba de un inminente ataque chanca. Todos hablaban de ello.
Uno de los soldados, reconociendo a Vicaquirao, uno de los generales del ejército del Inca Viracocha, contestó:
-Mientras la paz dure, gran general Vicaquirao, jugaremos con los niños; cuando llegue la guerra ofreceremos nuestras vidas por las de ellos...
Uno de los acompañantes de Vicaquirao dio un paso al frente, y el general retrocedió:
-Soy Cusi Yupanqui, hijo del gran Inca Viracocha, y eso que has dicho es exactamente lo que esperamos de nuestros soldados.
El príncipe Cusi Yupanqui era el hijo menor del Inca Viracocha y, aunque no llegaba a los 18 años, mucho se hablaba de su valor y su inteligencia.
-Este es mi hermano Roca -prosiguió Cusi Yupanqui- y este, el general Apu Mayta. Y tú, pequeña, ¿cómo te llamas?
-Yana Ñawi y soy amiga de estos buenos soldados: ellos me consiguen pétalos de flores, y yo dibujo para ellos.
Y señalando una antara que Roca llevaba atada a la cintura, Yana Ñawi preguntó:
-¿Sabes tocar?
-Sí -contestó Roca- ¿quieres que toque algo para ti?
-Me encantaría... ¡Ya sé! Usted toca, ellos cantan y yo dibujo para ustedes.
-¡Trato hecho! -Contestó el príncipe Cusi Yupanqui.
Los soldados volvieron a sus puestos y los cuatro hombres y Yana Ñawi formaron un círculo y se sentaron sobre el pasto, al lado de uno de los grandes muros de la fortaleza. Roca tomó su quena y tocó las más dulces melodías. Cusi Yupanqui, Vicaquirao y Apu Mayta acompañaron a Roca con sus voces. Pasaron así varias horas. De rato en rato paraban de tocar y cantar, comían un poco de cancha que Apu Mayta sacaba de su morral y pedían a Yana Ñawi que dibujase sobre las piedras de las fortalezas. Yana Ñawi hizo, primero, un dibujo para Roca. Luego hizo uno para Vicaquirao y después, uno para Apu Mayta. Finalmente, cuando tocó el turno al príncipe Cusi Yupanqui, éste sacó de su alforja un pedazo de tela blanca, muy blanca y muy fina, tan fina que Yana Ñawi pensó que seguramente había sido tejida en el Acllawasi. El príncipe extendió el pedazo de tela sobre una piedra plana y dirigiéndose a Yana Ñawi dijo:
-Quiero llevarme tu dibujo a donde vaya, por eso te pido que lo hagas sobre esta tela que me regaló mi madre cuando ingresé al ejército: quiero que dibujes al sol radiante que hoy nos ilumina...
Yana Ñawi tomó algunos pétalos amarillos, rojos y anaranjados, se apartó por un momento del grupo y, arrodillada, sonriente de principio a fin, dibujo un maravilloso sol para el príncipe. Al volver al grupo, estirando ambos brazos y con el dibujo sobre las palmas de sus manos, dijo a Cusi Yupanqui:
-Este es tu dibujo. Espero que este sol te proteja en todas tus batallas.
Los cuatro hombres se miraron entre sí. Cusi Yupanqui sonrió y volviendo la mirada hacia Yana Ñawi contestó:
-Este dibujo siempre estará conmigo, Yana Ñawi. Te lo prometo.
Cusi Yupanqui tomó la tela blanca que tenía el hermoso dibujo y, doblándola con delicadeza, la volvió a meter en su alforja.
Lo que Yana Ñawi no sabía es que aquellos cuatro hombres se habían reunido para tomar una decisión muy importante: defender al Cusco de la inminente invasión de los chancas. Resulta que el anciano Inca Viracocha, al enterarse de los preparativos de los chancas, se había refugiado fuera del Cusco y había delegado en su hijo Urco, a quien había elegido como su sucesor, el decidir qué hacer ante la invasión chanca. El príncipe Urco había decidido no enfrentar a las aguerridas chancas. Urco pensaba, simplemente, rehuir la batalla y esperar que las chancas cambiaran de opinión. Pero el príncipe Cusi chancas sabía que de todas maneras atacarían y había decidido tomar el liderazgo de la defensa de la ciudad. Cusi Yupanqui había pedido a su hermano Roca y a los generales Apu Mayta y Vicaquirao que lo apoyasen.
Esa tarde, antes de encontrarse con Yana Ñawi, los cuatro hombres habían acordado ofrecer resistencia a los invasores a cualquier costo.
Al caer la noche, Yana Ñawi se despidió de sus amigos, los dejó hablando de fortalezas y batallas y partió de regreso a casa.
Mientras caminaba empezó, como siempre, a dibujar uniendo estrellas en el cielo. Cuando dibujaba una vicuña, presenció un desfile de estrellas fugaces que hicieron parecer como si su vicuña galopara a través del cielo iluminado, rumbo a la Luna: fue entonces cuando Yana Ñawi comprendió que los dibujos podían moverse.
Y Yana Ñawi paró de dibujar
Desde esa noche, la noche de las estrellas fugaces, Yana Ñawi no pudo dejar de pensar en cómo hacer para que sus dibujos cobrasen vida y se moviesen. Siguió dibujando y yendo por la tarde a las fortalezas; pero cada vez menos. Hasta que un día... ¡Zas! ¡Paró de dibujar!
No se le ocurría cómo hacer para que sus dibujos se moviesen. A ti también te debe haber pasado: tienes un problemón, y te rompes la cabeza pensando en cómo hacer, y no se te ocurre nada.
Bueno, Yana Ñawi estaba exactamente en esa situación.
Sus padres - como siempre pasa - lo notaron inmediatamente pues, además, poco después perdió el apetito. Finalmente, al cabo de unos días, dejó de hablar. Simplemente miraba a quien le hablaba y no le contestaba.
Como el Cusco era entonces una ciudad pequeña y Yana Ñawi era conocida y querida por mucha gente, pronto todos hablaban de la pobre niña dibujante que ya no dibujaba y ya no hablaba. Sus amigos, los guardias de las fortalezas, le llevaron pétalos de muchos colores que, decían, venían de la tierra de los chinchas; pero nada.
A los pocos días, lo sucedido llegó a oídos del príncipe Cusi Yupanqui, quien a pesar de sus preocupaciones por el asedio de los chancas, decidió acudir en ayuda de su pequeña amiga de la fortaleza, con quien había pasado una de las más mágicas y maravillosas tardes de su vida.
-Dibujar -pensó- es un forma de magia, pues quien dibuja crea algo que no existe.
Así, el príncipe mandó a traer un gran bloque de una piedra blanca y porosa. Era una piedra que, decían, provenía de la boca misma de un bello volcán (yo he querido averiguar de qué volcán se trata y hasta donde van mis investigaciones, creo que se trata del Misti, en Arequipa, al sur del Perú, pues por allí se encuentran muchas canteras de una hermosa piedra blanca y porosa que llaman sillar).
Luego, el príncipe mandó a traer, desde muy lejos, pétalos de dos clases de orquídeas: una, color púrpura oscuro, y la otra, de un púrpura más claro. Es que el púrpura también era el color favorito de Cusi Yupanqui, y se decía que él sabía hacer el púrpura de muchas formas, porque había tenido un encuentro con el color mismo en uno de sus viajes por la tierra de los señores Chimú.
Dicen que por esas tierras la luz es de color púrpura y, por esto, todos los otros colores se ven como realmente son. En la corte decían que aquellas flores habían sido recogidas allí donde los ríos parecen mares y la selva es tan espesa que hasta las propias gentes del lugar se pierden en ella.
Y con piedra y pétalos en su poder, el príncipe fue a visitar a Yana Ñawi, y ofrecerle ambas cosas como regalo. Al ver a Cusi Yupanqui en persona, en el umbral de su casa, los padres de Yana Ñawi se pusieron muy nerviosos. Tú sabes: los grandes siempre se ponen nerviosos ante reyes, príncipes, presidentes y primeros ministros, a menos que sean reyes, en cambio, sonrió como tú o yo lo haríamos si un rey o una reina nos trajese un regalo. Cusi Yupanqui también sonrió y le dijo:
-Yana Ñawi, te he traído una gran piedra blanca y pétalos de los más bellos colores que existen en el imperio, pues quiero que hagas otro dibujo para mí...
Y, repentinamente, Yana Ñawi volvió a hablar:
-¿Qué es lo que desea el valeroso príncipe Cusi Yupanqui que Yana Ñawi dibuje para él?
-Lo que tú quieras, Yana Ñawi... Lo que tú más quieras...
El padre de Yana Ñawi ofreció entonces una vasija con chicha al príncipe y a sus acompañantes. El príncipe charló animadamente con los padres de Yana Ñawi y con algunos vecinos curiosos que se acercaron a la casa al saber de la visita. Luego, casi tan inesperadamente como llegó, el príncipe partió hacia los linderos de la ciudad, donde, junto con Roca, Apu Mayta y Vicaquirao, continuaba organizando su ejército para la defensa, ante la invasión chanca.
Días de preocupación
Cusi Yupanqui, que se preparaba en las afueras de la ciudad, había enviado mensajeros a todos los pueblos vecinos pidiéndoles que lo apoyaran para rechazar la invasión de los chancas; pero tal era el temor que éstos infundían, que sólo los canchas y los canas, dos pueblos que también habitaban cerca del Cusco, se comprometieron a pelear a su lado. Los demás, a pesar que Cusi Yupanqui les ofreció tierras y privilegios por su apoyo, se rehusaron o -tú sabes- no dijeron ni sí ni no: ni chicha ni limonada, como dicen los grandes. Inclusive, cuentan que cuando un emisario chanca le preguntó al anciano Viracocha acerca de los planes de su hijo, él dijo (no se sabe si para protegerlo o de puro miedoso) que no sabía nada.
Los feroces chancas estaban listos para atacar el Cusco; pero estaban algo confundidos por la actitud del Inca Viracocha y de su sucesor guerrero; pero los incas también, y les parecía raro que nadie les fuese a ofrecer batalla en el Cusco.
Días después, cuando los jefes chancas Astoyguaraca y Tomayguaraca se enteraron que quien lideraba la resistencia era el joven príncipe Cusi Yupanqui, le dieron una tregua para que se preparase y así poder tener mayor placer al vencerlo. Les parecía increíble que los incas confiaran a un adolescente la defensa de la capital imperial; sin embargo, como buenos soldados, apreciaron el valor de Cusi Yupanqui.
Mientras tanto, en el Cusco, Yana Ñawi, ignorando lo que ocurría más allá de los linderos de la ciudad y, sobre todo, la preocupación de sus padres que temían desairar al príncipe, no hacía sino mirar el gran bloque de piedra blanca y porosa. Sus padres no le decían nada, pero los pétalos se secarían si Llana Ñawi dejaba pasar muchos días, y no servirían luego para dibujar.
Sin embargo, Yana Ñawi no parecía preocupada, hasta sonreía y hacía bromas. Cuando sus padres le preguntaban qué dibujaría y cuándo lo haría, ella contestaba:
-Aún no sé, y será cualquiera de estas noches.
Una visión y victoria
Cusi Yupanqui aprovechó la tregua para meditar y orar. Una tarde se quedó dormido, cerca de la fuente de Susurpuquio, con la tela blanca con el dibujo del sol radiante que Llana Ñawi le había hecho, entre las manos. Mientras dormía, Cusi Yupanqui tuvo una visión: un ser radiante como el sol de Llana Ñawi le decía que vencería a los chancas, pues la fuerza para ello vivía en su interior.
Al despertar, Cusi Yupanqui ordenó a sus tropas reunirse sobre una gran explanada y se presentó ante ellos con la cabeza cubierta por una piel de puma. El príncipe permaneció en silencio durante unos minutos y, luego, dijo a sus hombres que aquella batalla que estaban por librar era tan sólo la primera de otras tantas; pero que la victoria los acompañaría a partir de entonces, pues su destino era el de cambiar el mundo y construir un gran imperio. Ciertamente, la piel de puma impresionó a los soldados; pero fue más que eso. Mucho más. Fue su voz. Su voz y su eco que retumbó entre las montañas, entre los Andes. Fue su figura, su silueta a contraluz, como recubierta por el sol: se vio con claridad y luego medio difusa. Cusi Yupanqui se transformó, por algunos minutos, en algo así como el Sol mismo.
Cuando los chancas llegaron a las afueras del Qosqo, se encontraron frente a frente con el ejército de Cusi Yupanqui. Allí estaban, al lado del príncipe, Vicaquirao, Apu Mayta y su hermano Roca, los compañeros de aquella mágica tarde con Yana Ñawi. Cada uno, al frente de una legión de enardecidos soldados. Al caer la tarde, se enfrascaron en una feroz batalla. Cusi Yupanqui vio que los chancas llevaban, cual estandarte, un ídolo que llamaban Uscovilca. El comprendió que ese ídolo era su dios y su símbolo, y que sin él, los chancas se sentirían desamparados. Metió la mano en su morral para asegurarse que tenía suficientes piedras para su honda y se encontró con la fina tela blanca y el dibujo que le había regalado Yana Ñawi. Se amarró la tela a la muñeca de la mano derecha y tomó entonces su mazo y su escudo y, enfrentando metro a metro a un soldado enemigo distinto, logró llegar hasta donde estaba el ídolo y se apoderó de él. Al ver u oír esto sus hombres, y algunos soldados de los pueblos vecinos que no se animaban a entrar en la batalla, lo entendieron como un signo inequívoco de victoria y pelearon con más fuerza aún, hasta que -poco después- los chancas, desconcertados como Cusi Yupanqui había previsto, se batieron en retirada, asustados como nunca antes.
Cusi Yupanqui, vencedor, fue en busca de su padre esa noche y le ofreció el ídolo chanca como regalo. Viracocha le pidió a Cusi Yupanqui que se lo diese a su sucesor Urco. Cusi Yupanqui pensó que su hermano, que no había querido defender el Qosqo, no era merecedor de tan preciado botín de guerra y no aceptó. Urco se molestó muchísimo, y dicen que planeó matarlo; pero Cusi Yupanqui logró escapar porque los propios soldados de Urco, quienes ya reconocían en Cusi Yupanqui a un gran general, le avisaron antes del amanecer.
Cusi Yupanqui sabía perfectamente que los chancas no se darían por vencidos luego de una sola batalla. El estaba seguro que intentarían un nuevo ataque y, en contra de la opinión de algunos consejeros que le sugerían iniciar el retorno triunfal al Qosqo, llamó a Vicaquirao, Apu Mayta y Roca y les informó de su decisión de quedarse acantonados cerca del lugar de la batalla, en las afueras del Qosqo.
Esa noche, la luna llena iluminaba el cielo con rayos color púrpura y las estrellas miraban todas hacia el Qosqo. Yana Ñawi sintió la necesidad de ver el firmamento. Miró por la ventana y supo que había llegado el momento de hacer el dibujo para el príncipe Cusi Yupanqui y, mientras sus padres dormían, salió a dibujar.
La vicuña de 8 patas
La mañana siguiente, al despertar muy temprano para pagar un ayni, el padre de Yana se encontró con el gran bloque de piedra tapado por un poncho.
Se dio cuenta, inmediatamente, que Yana Ñawi había culminado su dibujo y, muy orgulloso, fue a llamar casa por casa a todos los miembros del ayllu para descubrir conjuntamente la obra, pues siendo un pedido real no cabía otra cosa.
Grande fue la sorpresa de todos cuando el padre de Yana Ñawi levantó el poncho y apareció la figura de una vicuña de ocho patas:
-¡Maldición! -gritó uno.
-¡Mal augurio! -gritó otro.
Por aquel entonces, cualquier animal raro o, inclusive, el dibujo de un animal raro, era considerado de mal augurio: que traía mala suerte. Y una vicuña de ocho patas era, definitivamente, un animal raro, rarísimo.
El griterío despertó a Yana Ñawi y a su madre. Ellas comprendieron que era mejor quedarse en casa hasta que el laberinto terminase.
Los gritos, y hasta insultos, por el desaire que supuestamente aquello significaba y la mala suerte que traería, continuaron hasta que todos los miembros del ayllu se fueron y dejaron al padre de Yana Ñawi, solo, frente al dibujo sobre la gran piedra blanca y porosa. Fue entonces cuando Yana Ñawi y su madre decidieron salir.
El padre de Yana Ñawi, con los ojos llorosos, miró a su hija y preguntó:
-Yana Ñawi, hija mía, ¿qué has dibujado?
-Es una vicuña, padre.
-¡Pero tiene ocho patas!
-No, padre: tiene cuatro patas...
Los padres de Yana Ñawi pensaron que su hija era víctima de alguna extraña enfermedad y decidieron ocultarla en la colca hasta que el propio príncipe decidiese qué hacer. Esa era la ley del Imperio.
Una vez más, las noticias sobre Yana Ñawi viajaron de boca en boca y, al día siguiente, la ciudad amaneció llena de gente en las esquinas, gente que murmuraba y contaba de la vicuña de ocho patas. Y como nunca falta un pesimista entre tres ociosos, alguien dijo que aquello de la vicuña de ocho patas traería como consecuencia una derrota ante los chancas y la destrucción total de la ciudad del Qosqo. El pánico se extendió rápidamente entre los habitantes de la ciudad.
Por la tarde, enterado un gran sacerdote de lo ocurrido, fue a visitar la casa de Yana Ñawi, y aconsejó a sus padres destruir la piedra y huir a algún otro lugar lejos del Qosqo; pero el padre de Yana Ñawi, que era un hombre recto, leal a su Inca y orgulloso de ser un súbdito, respondió:
-No, gran sacerdote. No nos iremos a ninguna parte. Somos súbditos del Inca Viracocha y su hijo, el príncipe Cusi Yupanqui, y esperaremos a que él vuelva victorioso y decida por nosotros.
Esa misma tarde, un chasqui trajo al Qosqo la noticia de la victoria de Cusi Yupanqui; pero ni Yana Ñawi ni sus padres se enteraron porque ya nadie quiso hablarles, nadie quiso ni siquiera acercárseles. Yana Ñawi permaneció escondida en la colca, dibujando; pero sin hablar.
Yahuarpampa
Pasaron unos pocos días y Cusi Yupanqui fue avisado que los chancas estaban preparándose para atacar el Qosqo nuevamente. Esta vez, el príncipe decidió no esperar sino ir a buscarlos. Tú sabes, dicen que la mejor defensa es el ataque. Cusi Yupanqui quería sorprenderlos: los chancas no esperarían semejante insolencia de un príncipe adolescente.
El nuevo encuentro entre ambos ejércitos se produjo en un lugar llamado Ichupampa, cerca del río Apurímac. Una vez más, Cusi Yupanqui y su ejército se trabaron en una lucha cuerpo a cuerpo con los temibles chancas. Sin embargo, esta vez no pasó mucho tiempo para que los chancas huyeran para evitar una derrota que consideraban sería definitiva. Se retiraron hacia Andahuaylas.
El príncipe ordenó perseguirlos y los enfrentó, una vez más, en una llanura que, a raíz de esa batalla, recibió el nombre de Yahuarpampa, que significa "llanura ensangrentada". Fue terrible. Cusi Yupanqui sabía, sin embargo, que ese había sido el costo de una paz duradera.
Los chancas habían sido vencidos definitivamente, el Qosqo estaba a salvo, y el príncipe Cusi Yupanqui inició su triunfal viaje de retorno al Qosqo en medio de vivas y alabanzas.
Pachacutec: el que cambia el mundo
Dos días después, al amanecer, el sonido de los pututos de los chasquis anunció la entrada triunfal del príncipe Cusi Yupanqui a la ciudad del Qosqo: había vencido a los chancas para siempre. El príncipe, a pesar de la algarabía y la fiesta que en su honor se vivía en las calles, no podía dejar de pensar en su pequeña amiga Yana Ñawi. ¿Estaría mejor? ¿Habría vuelto a dibujar? ¿Qué le habría dibujado sobre la gran piedra blanca y porosa? Cusi Yupanqui se abrió paso entre el jubiloso gentío y fue directo a la casa de Yana Ñawi. Vicaquirao, Apu Mayta y Roca lo acompañaron.
Al llegar, el padre de Yana Ñawi lo recibió sorprendido y llamó inmediatamente a su hija. Yana Ñawi salió y, al ver al príncipe, sonrió. Cusi Yupanqui sonrió también y le mostró el dibujo del sol radiante sobre la fina tela blanca.
Yana Ñawi lo tomó de la mano y lo condujo al lugar donde estaba la gran piedra blanca y porosa, tapada por el poncho. Cuando el príncipe quedó frente a la piedra, Yana Ñawi le dijo:
-He aquí lo que he dibujado para tí, Cusi Yupanqui, vencedor de los chancas -y halando el poncho suavemente con una mano, dejó el dibujo al descubierto.
Cusi Yupanqui, con ojos de asombro, caminó alrededor de la gran piedra, mirando el dibujo desde diferentes ángulos. La silueta de la vicuña y sus cuatro patas estaban dibujadas con el púrpura oscuro y las otras cuatro patas con el púrpura más claro. Un silencio distinto, de esos que sólo se escuchan en la puna, invadió el lugar repentinamente.
Finalmente, el príncipe volvió a sonreír, y Yana Ñawi volvió a sonreír también:
-¡Es una vicuña galopando! -sentenció Cusi Yupanqui.
Yana Ñawi se echó a reír y Cusi Yupanqui también. Los padres de Yana Ñawi rieron también a carcajadas. Bebieron y Cusi Yupanqui contó a la familia de Yana Ñawi algunas historias de sus batallas. Para entonces, los vecinos y algunos curiosos habían rodeado la casa de Yana Ñawi y se empujaban para poder saludarla a ella, a sus padres y, por supuesto, al príncipe. Otro tumulto se había formado alrededor de la piedra blanca y Roca, Apu Mayta y Vicaquirao daban las explicaciones del caso:
-Es una vicuña galopando. ¿Eres ciego o te haces? -decían una y cien veces.
Al llegar el medio día, Yana Ñawi y sus padres se dirigieron al Palacio Imperial, acompañando al príncipe. Viracocha reconoció a Cusi Yupanqui como su sucesor e inmediatamente se realizó la ceremonia de coronación. Cusi Yupanqui adoptó, entonces, el nombre de Inca Pachacútec, que significa "el que cambia el mundo".
Era el año 1438. El Inca Pachacútec gobernó por los siguientes 30 años y se convirtió en el verdadero forjador del Imperio Incaico o Tahuantinsuyo. El Imperio Incaico creció tanto que hubo de dividirlo en cuatro suyos: el Antisuyo, el Cuntisuyo, el Chinchaysuyo y el Collasuyo. Con el tiempo, el Imperio llegaría por el norte hasta lo que hoy es Pasto, en Colombia, y por el sur, hasta el río Maule, en Chile. Cubriría el noroeste de Argentina y casi todo Bolivia, Perú y Ecuador: sería un gran imperio. El Qosqo siguió siendo la capital. Pachacútec construyó andenes de más de 2000 pasos de largo, caminos para unir todas las principales ciudades del imperio y tambos por doquier. Para consolidar la unificación del Imperio, convirtió al quechua o runa simi en lengua oficial y envió maestros a todos los rincones del Imperio para que todos tuvieran la oportunidad de aprender. Fue un emperador sabio y sencillo, amante de la música y de las artes.
Yana Ñawi acompañó a Pachacútec durante todo el tiempo de su reinado, pués él la hizo parte de la corte, y cuentan que aún muchos años después, cuando la noche venía estrellada, Yana Ñawi y el Inca Pachacútec salían al patio del Palacio Real a dibujar vicuñas galopando hacia la Luna.
La vicuña de ocho patas

Vivir en el Cusco
Yana Ñawi era como cualquier otra niña del entonces naciente imperio, le gustaba mucho dibujar.
La vida de una niña de trece años, en aquel entonces, combinaba trabajo y diversión. Se levantaba con el Sol y se acostaba poco después que él. Su color favorito era el púrpura; pero, casi siempre, vestía de rojo, pues hacer el púrpura para teñir vestidos era muy, pero muy difícil. Yana Ñawi debía ayudar a sus padres en las tareas de la vida diaria; sin embargo ella había encontrado la forma de hacerlo y hacer lo que más le gustaba en el mundo: dibujar.
Dibujar era la vida misma para Yana Ñawi. Dibujaba sobre la tierra al amanecer, sobre el chuño recién molido mientras ayudaba a su madre durante el día, con los granos de cancha cada vez que su padre le pedía bajar algo de la colca y, sobre todo, sobre las grandes piedras de las fortificaciones que rodeaban al Qosqo, al atardecer, cuando quedaba libre para jugar. La tarde era, pues, la parte más linda del día para Yana Ñawi.
A los guardias de las fortalezas se les tenía prohibido permitir que los extraños se acercasen alos muros. Pero Yana Ñawi ya no era una extraña. Tarde tras tarde iba a alguna fortaleza, y los guardias la recibían con vasijas llenas de pétalos de colores y le pedían que dibujase cosas para ellos:
-Dibújame una vizcacha, Yana Ñawi... Hazme una vizcacha -le decía un guardia.
-No, Yana Ñawi... Yo te traje los pétalos de cantuta... Hazme un paisaje... Como de mi pueblo, con el lago Titicaca al fondo... -le decía otro.
Y así pasaba Yana Ñawi la tarde: atendiendo los pedidos de unos y otros. Al caer la noche, Yana Ñawi volvía a casa trazando líneas entre las estrellas, uniendo unas con otras como en esos ejercicios de unir puntos que les dan a los niños pequeños, dibujando chaquitacllas, casas y hasta vicuñas en el cielo.
Un encuentro importante
Una tarde, mientras Yana Ñawi dibujaba vizcachas y paisajes para los soldados de una de las fortalezas, aparecieron cuatro hombres que, a decir de su forma de vestir y de cómo se asustaron los soldados al verlos, eran gente muy importante.
Uno de ellos, el mayor, evidentemente molesto, gritó a los soldados:
-¿Esa es la forma en que ustedes protegen al Qosqo, nuestra ciudad, del acecho de los chancas?
Sucede que por aquel entonces la mayor amenaza para los incas eran los chancas, un pueblo que habitaba en los alrededores del río Apurímac, no muy lejos del Qosqo. Los chancas eran tan buenos guerreros que no sólo no habían sido conquistados por los incas, sino que cada cierto tiempo lanzaban ataques sobre el Qosqo. En esos días se hablaba de un inminente ataque chanca. Todos hablaban de ello.
Uno de los soldados, reconociendo a Vicaquirao, uno de los generales del ejército del Inca Viracocha, contestó:
-Mientras la paz dure, gran general Vicaquirao, jugaremos con los niños; cuando llegue la guerra ofreceremos nuestras vidas por las de ellos...
Uno de los acompañantes de Vicaquirao dio un paso al frente, y el genera retrocedió:
-Soy Cusi Yupanqui, hijo del gran Inca Viracocha, y eso que has dicho es exactamente lo que esperamos de nuestros soldados.
El príncipe Cusi Yupanqui era el hijo menor del Inca Viracocha y, aunque no llegaba a los 18 años, mucho se hablaba de su valor y su inteligencia.
-Este es mi hermano Roca -prosiguió Cusi Yupanqui- y este, el general Apu Mayta. Y tú, pequeña, ¿cómo te llamas?
-Yana Ñawi y soy amiga de estos buenos soldados: ellos me consiguen pétalos de flores, y yo dibujo para ellos.
Y señalando una antara que Roca llevaba atada a la cintura, Yana Ñawi preguntó:
-¿Sabes tocar?
-Sí -contestó Roca- ¿quieres que toque algo para tí?
-Me encantaría... ¡Ya sé! Usted toca, ellos cantan y yo dibujo para ustedes.
-¡Trato hecho! -Contestó el príncipe Cusi Yupanqui.
Los soldados volvieron a sus puestos y los cuatro hombres y Yana Ñawi formaron un círculo y se sentaron sobre el pasto, al lado de uno de los grandes muros de la fortaleza. Roca tomó su quena y tocó las más dulces melodías. Cusi Yupanqui, Vicaquirao y Apu Mayta acompañaron a Roca con sus voces. Pasaron así varias horas. De rato en rato paraban de tocar y cantar, comían un poco de cancha que Apu Mayta sacaba de su morral y pedían a Yana Ñawi que dibujase sobre las piedras de las fortalezas. Yana Ñawi hizo, primero, un dibujo para Roca. Luego hizo uno para Vicaquirao y después, uno para Apu Mayta. Finalmente, cuando tocó el turno al príncipe Cusi Yupanqui, éste sacó de su alforja un pedazo de tela blanca, muy blanca y muy fina, tan fina que Yana Ñawi pensó que seguramente había sido tejida en el Acllawasi. El príncipe extendió el pedazo de tela sobre una piedra plana y dirigiéndose a Yana Ñawi dijo:
-Quiero llevarme tu dibujo a donde vaya, por eso te pido que lo hagas sobre esta tela que me regaló mi madre cuando ingresé al ejército: quiero que dibujes al sol radiante que hoy nos ilumina...
Yana Ñawi tomó algunos pétalos amarillos, rojos y anaranjados, se apartó por un momento del grupo y, arrodillada, sonriente de principio a fin, dibujo un maravilloso sol para el príncipe. Al volver al grupo, estirando ambos brazos y con el dibujo sobre las palmas de sus manos, dijo a Cusi Yupanqui:
-Este es tu dibujo. Espero que este sol te proteja en todas tus batallas.
Los cuatro hombres se miraron entre sí. Cusi Yupanqui sonrió y volviendo la mirada hacia Yana Ñawi contestó:
-Este dibujo siempre estará conmigo, Yana Ñawi. Te lo prometo.
Cusi Yupanqui tomó la tela blanca que tenía el hermoso dibujo y, doblándola con delicadeza, la volvió a meter en su alforja.
Lo que Yana Ñawi no sabía es que aquellos cuatro hombres se habían reunido para tomar una decisión muy importante: defender al Qosqo de la inminente invasión de los chancas. Resulta que el anciano Inca Viracocha, al enterarse de los preparativos de los chancas, se había refugiado fuera del Qosqo y había delegado en su hijo Urco, a quien había elegido como su sucesor, el decidir qué hacer ante la invasión chanca. El príncipe Urco había decidido no enfrentar a los aguerridos chancas. Urco pensaba, simplemente, rehuir la batalla y esperar que los chancas cambiaran de opinión. Pero el príncipe Cusichancas sabía que de todas maneras atacarían y había decidido tomar el liderazgo de la defensa de la ciudad. Cusi Yupanqui había pedido a su hermano Roca y a los generales Apu Mayta y Vicaquirao que lo apoyasen.
Esa tarde, antes de encontrarse con Yana Ñawi, los cuatro hombres habían acordado ofrecer resistencia a los invasores a cualquier costo.
Al caer la noche, Yana Ñawi se despidió de sus amigos, los dejó hablando de fortalezas y batallas y partió de regreso a casa.
Mientras caminaba empezó, como siempre, a dibujar uniendo estrellas en el cielo. Cuando dibujaba una vicuña, presenció un desfile de estrellas fugaces que hicieron parecer como si su vicuña galopara a través del cielo iluminado, rumbo a la Luna: fue entonces cuando Yana Ñawi comprendió que los dibujos podían moverse.
Y Yana Ñawi paró de dibujar
Desde esa noche, la noche de las estrellas fugaces, Yana Ñawi no pudo dejar de pensar en cómo hacer para que sus dibujos cobrasen vida y se moviesen. Siguió dibujando y yendo por la tarde a las fortalezas; pero cada vez menos. Hasta que un día... ¡Zas! ¡Paró de dibujar!
No se le ocurría cómo hacer para que sus dibujos se moviesen. A ti también te debe haber pasado: tienes un problemón, y te rompes la cabeza pensando en cómo hacer, y no se te ocurre nada.
Bueno, Yana Ñawi estaba exactamente en esa situación.
Sus padres - como siempre pasa - lo notaron inmediatamente pues, además, poco después perdió el apetito. Finalmente, al cabo de unos días, dejó de hablar. Simplemente miraba a quien le hablaba y no le contestaba.
Como el Qosqo era entonces una ciudad pequeña y Yana Ñawi era conocida y querida por mucha gente, pronto todos hablaban de la pobre niña dibujante que ya no dibujaba y ya no hablaba. Sus amigos, los guardias de las fortalezas, le llevaron pétalos de muchos colores que, decían, venían de la tierra de los chinchas; pero nada.
A los pocos días, lo sucedido llegó a oídos del príncipe Cusi Yupanqui, quien a pesar de sus preocupaciones por el asedio de los chancas, decidió acudir en ayuda de su pequeña amiga de la fortaleza, con quien había pasado una de las más mágicas y maravillosas tardes de su vida.
-Dibujar -pensó- es un forma de magia, pues quien dibuja crea algo que no existe.
Así, el príncipe mandó a traer un gran bloque de una piedra blanca y porosa. Era una piedra que, decían, provenía de la boca misma de un bello volcán (yo he querido averiguar de qué volcán se trata y hasta donde van mis investigaciones, creo que se trata del Misti, en Arequipa, al sur del Perú, pues por allí se encuentran muchas canteras de una hermosa piedra blanca y porosa que llaman sillar).
Luego, el príncipe mandó a traer, desde muy lejos, pétalos de dos clases de orquídeas: una, color púrpura oscuro, y la otra, de un púrpura más claro. Es que el púrpura también era el color favorito de Cusi Yupanqui, y se decía que él sabía hacer el púrpura de muchas formas, porque había tenido un encuentro con el color mismo en uno de sus viajes por la tierra de los señores Chimú.
Dicen que por esas tierras la luz es de color púrpura y, por esto, todos los otros colores se ven como realmente son. En la corte decían que aquellas flores habían sido recogidas allí donde los ríos parecen mares y la selva es tan espesa que hasta las propias gentes del lugar se pierden en ella.
Y con piedra y pétalos en su poder, el príncipe fue a visitar a Yana Ñawi, y ofrecerle ambas cosas como regalo. Al ver a Cusi Yupanqui en persona, en el umbral de su casa, los padres de Yana Ñawi se pusieron muy nerviosos. Tú sabes: los grandes siempre se ponen nerviosos ante reyes, príncipes, presidentes y primeros ministros, a menos que sean reyes, en cambio, sonrió como tú o yo lo haríamos si un rey o una reina nos trajese un regalo. Cusi Yupanqui también sonrió y le dijo:
-Yana Ñawi, te he traído una gran piedra blanca y pétalos de los más bellos colores que existen en el imperio, pues quiero que hagas otro dibujo para mí...
Y, repentinamente, Yana Ñawi volvió a hablar:
-¿Qué es lo que desea el valeroso príncipe Cusi Yupanqui que Yana Ñawi dibuje para él?
-Lo que tú quieras, Yana Ñawi... Lo que tú más quieras...
El padre de Yana Ñawi ofreció entonces una vasija con chicha al príncipe y a sus acompañantes. El príncipe charló animadamente con los padres de Yana Ñawi y con algunos vecinos curiosos que se acercaron a la casa al saber de la visita. Luego, casi tan inesperadamente como llegó, el príncipe partió hacia los linderos de la ciudad, donde, junto con Roca, Apu Mayta y Vicaquirao, continuaba organizando su ejército para la defensa, ante la invasión chanca.
Días de preocupación
Cusi Yupanqui, que se preparaba en las afueras de la ciudad, había enviado mensajeros a todos los pueblos vecinos pidiéndoles que lo apoyaran para rechazar la invasión de los chancas; pero tal era el temor que éstos infundían, que sólo los canchis y los canas, dos pueblos que también habitaban cerca del Qosqo, se comprometieron a pelear a su lado. Los demás, a pesar que Cusi Yupanqui les ofreció tierras y privilegios por su apoyo, se rehusaron o -tú sabes- no dijeron ni sí ni no: ni chicha ni limonada, como dicen los grandes. Inclusive, cuentan que cuando un emisario chanca le preguntó al anciano Viracocha acerca de los planes de su hijo, él dijo (no se sabe si para protegerlo o de puro miedoso) que no sabía nada.
Los feroces chancas estaban listos para atacar el Qosqo; pero estaban algo confundidos por la actitud del Inca Viracocha y de su sucesor guerrero; pero los incas también, y les parecía raro que nadie les fuese a ofrecer batalla en el Qosqo.
Días después, cuando los jefes chancas Astoyguaraca y Tomayguaraca se enteraron que quien lideraba la resistencia era el joven príncipe Cusi Yupanqui, le dieron una tregua para que se preparase y así poder tener mayor placer al vencerlo. Les parecía increíble que los incas confiaran a un adolescente la defensa de la capital imperial; sin embargo, como buenos soldados, apreciaron el valor de Cusi Yupanqui.
Mientras tanto, en el Qosqo, Yana Ñawi, ignorando lo que ocurría más allá de los linderos de la ciudad y, sobre todo, la preocupación de sus padres que temían desairar al príncipe, no hacía sino mirar el gran bloque de piedra blanca y porosa. Sus padres no le decían nada, pero los pétalos se secarían si Yana Ñawi dejaba pasar muchos días, y no servirían luego para dibujar.
Sin embargo, Yana Ñawi no parecía preocupada, hasta sonreía y hacía bromas. Cuando sus padres le preguntaban qué dibujaría y cuándo lo haría, ella contestaba:
-Aún no sé, y será cualquiera de estas noches.
Una visión y victoria
Cusi Yupanqui aprovechó la tregua para meditar y orar. Una tarde se quedó dormido, cerca de la fuente de Susurpuquio, con la tela blanca con el dibujo del sol radiante que Yana Ñawi le había hecho, entre las manos. Mientras dormía, Cusi Yupanqui tuvo una visión: un ser radiante como el sol de Yana Ñawi le decía que vencería a los chancas, pues la fuerza para ello vivía en su interior.
Al despertar, Cusi Yupanqui ordenó a sus tropas reunirse sobre una gran explanada y se presentó ante ellos con la cabeza cubierta por una piel de puma. El príncipe permaneció en silencio durante unos minutos y, luego, dijo a sus hombres que aquella batalla que estaban por librar era tan sólo la primera de otras tantas; pero que la victoria los acompañaría a partir de entonces, pues su destino era el de cambiar el mundo y construir un gran imperio. Ciertamente, la piel de puma impresionó a los soldados; pero fue más que eso. Mucho más. Fue su voz. Su voz y su eco que retumbó entre las montañas, entre los Andes. Fue su figura, su silueta a contraluz, como recubierta por el sol: se vio con claridad y luego medio difusa. Cusi Yupanqui se transformó, por algunos minutos, en algo así como el Sol mismo.
Cuando los chancas llegaron a las afueras del Qosqo, se encontraron frente a frente con el ejército de Cusi Yupanqui. Allí estaban, al lado del príncipe, Vicaquirao, Apu Mayta y su hermano Roca, los compañeros de aquella mágica tarde con Yana Ñawi. Cada uno, al frente de una legión de enardecidos soldados. Al caer la tarde, se enfrascaron en una feroz batalla. Cusi Yupanqui vio que los chancas llevaban, cual estandarte, un ídolo que llamaban Uscovilca. El comprendió que ese ídolo era su dios y su símbolo, y que sin él, los chancas se sentirían desamparados. Metió la mano en su morral para asegurarse que tenía suficientes piedras para su honda y se encontró con la fina tela blanca y el dibujo que le había regalado Yana Ñawi. Se amarró la tela a la muñeca de la mano derecha y tomó entonces su mazo y su escudo y, enfrentando metro a metro a un soldado enemigo distinto, logró llegar hasta donde estaba el ídolo y se apoderó de él. Al ver u oír esto sus hombres, y algunos soldados de los pueblos vecinos que no se animaban a entrar en la batalla, lo entendieron como un signo inequívoco de victoria y pelearon con más fuerza aún, hasta que -poco después- los chancas, desconcertados como Cusi Yupanqui había previsto, se batieron en retirada, asustados como nunca antes.
Cusi Yupanqui, vencedor, fue en busca de su padre esa noche y le ofreció el ídolo chanca como regalo. Viracocha le pidió a Cusi Yupanqui que se lo diese a su sucesor Urco. Cusi Yupanqui pensó que su hermano, que no había querido defender el Qosqo, no era merecedor de tan preciado botín de guerra y no aceptó. Urco se molestó muchísimo, y dicen que planeó matarlo; pero Cusi Yupanqui logró escapar porque los propios soldados de Urco, quienes ya reconocían en Cusi Yupanqui a un gran general, le avisaron antes del amanecer.
Cusi Yupanqui sabía perfectamente que los chancas no se darían por vencidos luego de una sola batalla. El estaba seguro que intentarían un nuevo ataque y, en contra de la opinión de algunos consejeros que le sugerían iniciar el retorno triunfal al Qosqo, llamó a Vicaquirao, Apu Mayta y Roca y les informó de su decisión de quedarse acantonados cerca del lugar de la batalla, en las afueras del Qosqo.
Esa noche, la luna llena iluminaba el cielo con rayos color púrpura y las estrellas miraban todas hacia el Qosqo. Yana Ñawi sintió la necesidad de ver el firmamento. Miró por la ventana y supo que había llegado el momento de hacer el dibujo para el príncipe Cusi Yupanqui y, mientras sus padres dormían, salió a dibujar.
La vicuña de 8 patas
La mañana siguiente, al despertar muy temprano para pagar un ayni, el padre de Yana se encontró con el gran bloque de piedra tapado por un poncho.
Se dio cuenta, inmediatamente, que Yana Ñawi había culminado su dibujo y, muy orgulloso, fue a llamar casa por casa a todos los miembros del ayllu para descubrir conjuntamente la obra, pues siendo un pedido real no cabía otra cosa.
Grande fue la sorpresa de todos cuando el padre de Yana Ñawi levantó el poncho y apareció la figura de una vicuña de ocho patas:
-¡Maldición! -gritó uno.
-¡Mal augurio! -gritó otro.
Por aquel entonces, cualquier animal raro o, inclusive, el dibujo de un animal raro, era considerado de mal augurio: que traía mala suerte. Y una vicuña de ocho patas era, definitivamente, un animal raro, rarísimo.
El griterío despertó a Yana Ñawi y a su madre. Ellas comprendieron que era mejor quedarse en casa hasta que el laberinto terminase.
Los gritos, y hasta insultos, por el desaire que supuestamente aquello significaba y la mala suerte que traería, continuaron hasta que todos los miembros del ayllu se fueron y dejaron al padre de Yana Ñawi, solo, frente al dibujo sobre la gran piedra blanca y porosa. Fue entonces cuando Yana Ñawi y su madre decidieron salir.
El padre de Yana Ñawi, con los ojos llorosos, miró a su hija y preguntó:
-Yana Ñawi, hija mía, ¿qué has dibujado?
-Es una vicuña, padre.
-¡Pero tiene ocho patas!
-No, padre: tiene cuatro patas...
Los padres de Yana Ñawi pensaron que su hija era víctima de alguna extraña enfermedad y decidieron ocultarla en la colca hasta que el propio príncipe decidiese qué hacer. Esa era la ley del Imperio.
Una vez más, las noticias sobre Yana Ñawi viajaron de boca en boca y, al día siguiente, la ciudad amaneció llena de gente en las esquinas, gente que murmuraba y contaba de la vicuña de ocho patas. Y como nunca falta un pesimista entre tres ociosos, alguien dijo que aquello de la vicuña de ocho patas traería como consecuencia una derrota ante los chancas y la destrucción total de la ciudad del Qosqo. El pánico se extendió rápidamente entre los habitantes de la ciudad.
Por la tarde, enterado un gran sacerdote de lo ocurrido, fue a visitar la casa de Yana Ñawi, y aconsejó a sus padres destruir la piedra y huir a algún otro lugar lejos del Qosqo; pero el padre de Yana Ñawi, que era un hombre recto, leal a su Inca y orgulloso de ser un súbdito, respondió:
-No, gran sacerdote. No nos iremos a ninguna parte. Somos súbditos del Inca Viracocha y su hijo, el príncipe Cusi Yupanqui, y esperaremos a que él vuelva victorioso y decida por nosotros.
Esa misma tarde, un chasqui trajo al Qosqo la noticia de la victoria de Cusi Yupanqui; pero ni Yana Ñawi ni sus padres se enteraron porque ya nadie quiso hablarles, nadie quiso ni siquiera acercárseles. Yana Ñawi permaneció escondida en la colca, dibujando; pero sin hablar.
Yahuarpampa
Pasaron unos pocos días y Cusi Yupanqui fue avisado que los chancas estaban preparándose para atacar el Qosqo nuevamente. Esta vez, el príncipe decidió no esperar sino ir a buscarlos. Tú sabes, dicen que la mejor defensa es el ataque. Cusi Yupanqui quería sorprenderlos: los chancas no esperarían semejante insolencia de un príncipe adolescente.
El nuevo encuentro entre ambos ejércitos se produjo en un lugar llamado Ichupampa, cerca del río Apurímac. Una vez más, Cusi Yupanqui y su ejército se trabaron en una lucha cuerpo a cuerpo con los temibles chancas. Sin embargo, esta vez no pasó mucho tiempo para que los chancas huyeran para evitar una derrota que consideraban sería definitiva. Se retiraron hacia Andahuaylas.
El príncipe ordenó perseguirlos y los enfrentó, una vez más, en una llanura que, a raíz de esa batalla, recibió el nombre de Yahuarpampa, que significa "llanura ensangrentada". Fue terrible. Cusi Yupanqui sabía, sin embargo, que ese había sido el costo de una paz duradera.
Los chancas habían sido vencidos definitivamente, el Qosqo estaba a salvo, y el príncipe Cusi Yupanqui inició su triunfal viaje de retorno al Qosqo en medio de vivas y alabanzas.
Pachacutec: el que cambia el mundo
Dos días después, al amanecer, el sonido de los pututos de los chasquis anunció la entrada triunfal del príncipe Cusi Yupanqui a la ciudad del Qosqo: había vencido a los chancas para siempre. El príncipe, a pesar de la algarabía y la fiesta que en su honor se vivía en las calles, no podía dejar de pensar en su pequeña amiga Yana Ñawi. ¿Estaría mejor? ¿Habría vuelto a dibujar? ¿Qué le habría dibujado sobre la gran piedra blanca y porosa? Cusi Yupanqui se abrió paso entre el jubiloso gentío y fue directo a la casa de Yana Ñawi. Vicaquirao, Apu Mayta y Roca lo acompañaron.
Al llegar, el padre de Yana Ñawi lo recibió sorprendido y llamó inmediatamente a su hija. Yana Ñawi salió y, al ver al príncipe, sonrió. Cusi Yupanqui sonrió también y le mostró el dibujo del sol radiante sobre la fina tela blanca.
Yana Ñawi lo tomó de la mano y lo condujo al lugar donde estaba la gran piedra blanca y porosa, tapada por el poncho. Cuando el príncipe quedó frente a la piedra, Yana Ñawi le dijo:
-He aquí lo que he dibujado para tí, Cusi Yupanqui, vencedor de los chancas -y halando el poncho suavemente con una mano, dejó el dibujo al descubierto.
Cusi Yupanqui, con ojos de asombro, caminó alrededor de la gran piedra, mirando el dibujo desde diferentes ángulos. La silueta de la vicuña y sus cuatro patas estaban dibujadas con el púrpura oscuro y las otras cuatro patas con el púrpura más claro. Un silencio distinto, de esos que sólo se escuchan en la puna, invadió el lugar repentinamente.
Finalmente, el príncipe volvió a sonreír, y Yana Ñawi volvió a sonreír también:
-¡Es una vicuña galopando! -sentenció Cusi Yupanqui.
Yana Ñawi se echó a reír y Cusi Yupanqui también. Los padres de Yana Ñawi rieron también a carcajadas. Bebieron y Cusi Yupanqui contó a la familia de Yana Ñawi algunas historias de sus batallas. Para entonces, los vecinos y algunos curiosos habían rodeado la casa de Yana Ñawi y se empujaban para poder saludarla a ella, a sus padres y, por supuesto, al príncipe. Otro tumulto se había formado alrededor de la piedra blanca y Roca, Apu Mayta y Vicaquirao daban las explicaciones del caso:
-Es una vicuña galopando. ¿Eres ciego o te haces? -decían una y cien veces.
Al llegar el medio día, Yana Ñawi y sus padres se dirigieron al Palacio Imperial, acompañando al príncipe. Viracocha reconoció a Cusi Yupanqui como su sucesor e inmediatamente se realizó la ceremonia de coronación. Cusi Yupanqui adoptó, entonces, el nombre de Inca Pachacútec, que significa "el que cambia el mundo".
Era el año 1438. El Inca Pachacútec gobernó por los siguientes 30 años y se convirtió en el verdadero forjador del Imperio Incaico o Tahuantinsuyo. El Imperio Incaico creció tanto que hubo de dividirlo en cuatro suyos: el Antisuyo, el Cuntisuyo, el Chinchaysuyo y el Collasuyo. Con el tiempo, el Imperio llegaría por el norte hasta lo que hoy es Pasto, en Colombia, y por el sur, hasta el río Maule, en Chile. Cubriría el noroeste de Argentina y casi todo Bolivia, Perú y Ecuador: sería un gran imperio. El Qosqo siguió siendo la capital. Pachacútec construyó andenes de más de 2000 pasos de largo, caminos para unir todas las principales ciudades del imperio y tambos por doquier. Para consolidar la unificación del Imperio, convirtió al quechua o runa simi en lengua oficial y envió maestros a todos los rincones del Imperio para que todos tuvieran la oportunidad de aprender. Fue un emperador sabio y sencillo, amante de la música y de las artes. Yana Ñawi acompañó a Pachacútec durante todo el tiempo de su reinado, pués él la hizo parte de la corte, y cuentan que aún muchos años después, cuando la noche venía estrellada, Yana Ñawi y el Inca Pachacútec salían al patio del Palacio Real a dibujar vicuñas galopando hacia la Luna.

"La vicuña de ocho patas"

Erase una vez , cuando la pequeña Kary (la menor de la familia flores); ella iba a pastear a sus ovejas porque su madre le mandaba siempre, bueno la cosa era de que se hacia tarde y ella tenia que volver a casa con todas sus ovejas, ella se dirigía a su casa y en medio del camino se sorprendió al encontrarse con una vicuña ,pero lo increible era de que esta vicuña tenía ocho patas , ella estaba hechada y comiendo pasto, Kary no creía lo que estaba viendo se asustó bastante,corrio ràpido hacia su casa ;al llegar a su casa su hermano Gabriel le preguntò que es lo que le pasaba, porque estaba tan asustada y ella le esplico de que habia visto a aquella vicuña rara.Pasaron varias horas, Gabriel y Kary esparaban a su mamá a que llegara de su trabajo, pero ella no llegaba, mas tarde llegó la madre y vio a Kary llorando ,le pregunto que le pasaba,Kary le conto todo lo que habia sucedido ,la madre no le creia al principio pero cuando vieron a la vicuña todo el pueblo se asombró y quedaron pasmados.Pero pasando el tiempo la vicuña que le llamaron (COCO) ,el no resulto ser tal malo ni agresivo ,al final todos se hicieron amigos de COCO y ayudaba a todos sunque parecía un mounstro .FIN

LA VICUÑA PERDIDA

Una vicuña pastaba por el campo cuando de repente llegaron unos casadores

miércoles, 7 de julio de 2010

LA PRINCESA DE LOS ANDES

Había una vez una vicuña elegante , distinguida y muy bonita llamada "LA PRINCESA DE LOS ANDES" que salió de su hogar buscando un gran futuro en la ciudad, empezó a trabajar y ganar mucho dinero y fama como modelo de televisión.
Un día la vicuña recibió una llamada telefónica de su amiga Martina que era otra vicuña bonita quien había ido a buscarle y quedaron en encontrarse al día siguiente en la Plaza de Armas.
Al siguiente día su amiga estaba esperándola ahí, la Princesa de los Andes le dijo ¿¿¿¿HOLAAA????? su amiga Martina saltó de alegría porque se encontraron después de mucho tiempo,se abrazaron contentas , recordando todo lo que habían disfrutado desde cuando eran pequeñas.
Martina le dijo que sus padres la necesitaban porque ya eran ancianos,que su lugar era estar junto a ellos, que debía ayudar a su padre que era el jefe de la manada a organizar a todas las vicuñas sobre todo a los jóvenes que estaban muy inquietos y rebeldes que por escaparse eran presa fácil de los cazadores, entonces la princesa de los andes tuvo que regresar a su hogar donde estaban sus ancianos padres.Estos al verla lloraron de alegría porque había regresado su adorada hija y se pusieron a trabajar juntos poniendo en orden a toda la manada.

Con el retorno de la pricesa de los andes la vida de las vicuñas cambió mucho,tenían abundante comida, las vicuñas jovenes ya no se escapaban y eran muy trabajadores, y así la princesa de los andes dejando de lado su fama y riqueza trabajó he hizo progresar a la comunidad de vicuñas que estuvo a su cargo, sus padres descanzaban contentos, satisfechos y todos vivieron felices por siempre.

FIN


LAS VICUÑAS MAGICAS

Habia una vez en una noche oscura y brillante unos niños habian ido a acampar en la media noche el niño se levanto y vio de lejos una vicuña ;era brillante como una estrella y cuando aviso a su hermano; el salio y la vicuña lo vio y se fue corriendo y cuando corria parecia como si volara ;al dia siguiente fue a buscar a la vicuña y de pronto vio a la misma vicuña y la persiguio y llego al medio del bosque ahi aparecien vicuñas hermosas y brillantes ;como habia visto la noche pasada parecian magicas y a un rincon aparecio un anciano tocando la flauta tocaba una melodia y cada vez que tocaba las vicuñas venian y venian el anciano dijo:charlie no tengas miedo no te are daño yo soy george cuido a estas vicuñas desde niño; venimos de otro mundo sabes poque te hemos giado hasta aqui tu eres el unico que nos puedes ayudar a abrir un portal para regresar a nuestro mundo porque aca cada dia muere una de estas magicas vicuñas por el clima por la comida y los cazadores.
el niño dijo:les ayudare ;que tengo que hacer.
el anciano dijo: encontrar una uña de un gato;cuerno de unicorrnio;un cristal eso es
todo pero es muy riesgoso tendras como apoyo a dos vicuñas las mas fuertes y magicas.
el niño durmio esa noche en el bosque ;al dia siguiente el anciano george estaba alistando a las vicuñas para empezar la buqueda y al niño tambien le alisto en su mochila le puso comida;agua;armamento cuando partieron fueron a buscar el diamante fueron a una cueva oscura y silenciosa ahi podia encontrar las tres cosas vieron una luz ahi encontraron un diamante rosado y la vicuña lo cogio depronto se desato una trampa ellos corrieron por un lugar distinto las dos vicuñas se fueron por un lugar y el niño por otro ;las vicuñas vieron un gato enorme y en su nido una uña ellos lo cogieron y se fueron rapidamente;el niño encontro a un unicornio herido el niño lo curo y se hisieron amigosel unicornio le dio su cuerno en forma de agradecimiento el se fue corriendo y depronto se encontraron las vicuñas y el niño luego comieron y descansaron ;al dia siguiente siguieron su camino y llegaron a su destino el anciano les agradecio y la manada tambien el anciano dijo en media noche abriremos el portal ya era media noche y el anciano se fue con su manada antes de irse le dieron un bracalete para que cuando los nesecitara ayuda ellos vinieran se dieron un fuerte abrazo con el anciano y las vicuñas y cuando el niño volvio al campamento sus padres estaban preocupados.
fin

jueves, 1 de julio de 2010

LA VICUÑA

Cierto día una vicuña recién nacida comía tranquilamente junto a su manada y la pequeña vicuña estaba alerta de un puma que se había comido a su madre cuando recién nació muy asustada la vicuña se quedaba cerca de su padre aunque su padre la alejaba de él, la vicuña siempre encontraba la forma de acercarse a su padre.Mas rato el padre y la manada la dejaron, la pobre vicuña sola y asustada buscaba y buscaba a su manada y no los encontraba, entonces vio una cueva allí entró y al despertar vio una sombra grande, fue a ver si era su padre pero era el temible puma. El puma no la vio pero la vicuña observo que comía una llama, se asustó y se escondió. Al día siguiente el puma estaba durmiendo.La vicuña sin pensarlo corrió fuera de la cueva pero el puma la vio y la empezó a perseguir, al entrar al huayco vio que su padre, y él cabeceó al puma hasta lanzarlo al barranco, y ahí murió definitivamente el puma. Desde ese momento la vicuña y su padre se llevaron bien pero también empezaron a cuidarse entre ellos.

martes, 29 de junio de 2010

LA VICUÑA Y EL PUMA TRAIDOR

Habia una vez una vicuña que se habia perdido en las alturas donde abundaban los pumas.
La vicuña camina y vio a un puma fuerte y amigable, entonces le pregunto su nombre y el le puma le dijo rolando y la vicuña renzo.
Caminaban y vieron una serpiente y pico a la vicuña. Seguian caminado y el no podia mas.
el puma... lo avondono pero le vicuña dolorida y emferma llego a su casa.
pero siempre se arrepintio de haber ayudado al puma.
FIN

martes, 8 de junio de 2010

La Viculña solitaria

LA VICUÑA Y SU HERMANA
Abia una vez una vicuña que tenia su hermana, las dos se querian mucho.Una vez la vicuña Clemencia y su hermana Lola, tubieron una fuerte discucion, la hermana menor quiso comer
su comida y la hermana mayor le prohibio por eso discutieron. Una vez en una tormenta que
parecia que nunca iba a terminar la hermana mayor se fue a traer comida para toda su familia
ya casi paso como una hora y la hermana mayor no aparecia.
Su hermana Lola la menor tenia miedo que la Clemencia no aparesiera, despues se le ocurrio una
idea la hermana Lola iba a buscar a Clemencia. Y asi fue Lola buscaba y buscaba pero no la encontraba, despues escucho un grito. Era su pobre hermana que estaba erida, porque una rama le callo en la pierna. Lola pidio ayuda para llevar a su hermana a su casa,
Cuando llegaron a la casa de Lola, su hermana Clemencia le agradecio po aberla ayudado.
la amistad siempre perdura.

miércoles, 2 de junio de 2010

la vicuña

la vicuña
la vicuña a primea vista parese un animal fragil y suave.Pero has de saber que vive en la puna un luga terriblemente frio y seco.
Las vicuñas masen en la epoca de lluvias entre los neses de enero abril cuando hay muchas plantas en cresimiento la cia debetomar leche hasta los 6meses y el macho apenas cumple un año debe retirarse con ovencitos como el.
Las familias deben estar formados con un macho y varias hembras
el macho debe cuidar asu cria hasta de la mirada del condor.
La princesa de las alturas debe defenderse sola de los peligros .
Nuebamenta la naturaleza la ha ayudado dandole un color canela que tambien tiene la pampa don de vive ella asi se camufla con la tierray los pastos que le protege de todo peligro.
Es dificil creerque nuesta princesa casi desaparese por la inrresponsabilidad de las personas.
Pero supimos reaccionar haora la caseria ha desaparesido hay mayormente numero de vicuñas.
Delicada pero fuerte asi es la vicuña pero desde tiempos remotos anda libre ,por los andes haciendo gala de su color canela y de su lana finisima con lo que se ha tejido: ropones ,leyendas y sueños.

la vicuña

sábado, 22 de mayo de 2010

LA VICUÑITA VALIENTE


Hace mucho tiempo una vicuñita llamada Inchi que vivía en las altas punas, vio varios cazadores, que parecían demonios con armas; hirieron al jefe de la manada, pues si moría el jefe iban a matar a todas las demás vicuñas entonces pensó y pensó hasta que encontró una solución en la flor mágica que había escuchado narrar de sus antepasados.
En sueños escuchó una voz que le decía:"busca una flor con pétalos amarillos, tú sabrás escoger", entonces se fue a buscar esa flor tan misteriosa.

Inchi, al salir de su hogar,enfrentó varios peligros: primero tuvo que esconderse entre cuevas para que no se la comieran los pumas, segundo pasar entre los cazadores y sus armas, tercero pasar entre plantas carnívoras que casi se la comen, cuarto saltar de piedra en piedra para confundir a los lagartos y al fin encontró la flor entre tanta otras parecidas.

Al llegar a su manada, la flor soltó una gota de rocío que parecía un diamante, y la dejó caer encima de su hocico del enfermo; aquella gota sanó al jefe, como por arte de magia. Entonces el jefe ya recuperado dio las gracias por salvarlo y por su valentía la nombraron:" la vicuñita valiente".

LA VICUÑA QUE SALVÓ SU MANADA

Había una vez una vicuñita llamada Ocli que era muy feliz en su manada. Pero en una mañana Ocli escuchó un sonido raro, como si fuese una bomba, tan fuerte era el sonido que despertó a otras vicuñas. Todos estaban muy asustados, pero el único que no tenía miedo era Ocli porque sospechaba que esas criaturas extrañas no eran tan inteligentes como él.
-¡Aaaaaaaaaaahhhhhhhhh!-, una de las vicuñas gritó porque esas criaturas extrañas tenían armas de fuego y mataban a muchas vicuñas. Aún así Ocli no tenía miedo; el empezó a morder a las criaturas extrañas, le intentaban matar a Ocli pero el esquivaba las balas.
Era como una guerra del bien contra el mal, las demás vicuñas empezaron a ayudar a Ocli pateándolos, empujándolos, mordiéndolos y así es como lograron que las criaturas extrañas se fueran de su territorio. Todos empezaron a felicitar a Ocli porque su valentía salvó su manada.
FIN

LA VICUÑA QUE SALVÓ SU MANADA

Había una vez una vicuñita llamada Ocli que era muy feliz en su manada. Pero en una mañana Ocli escuchó un sonido raro, como si fuese una bomba, tan fuerte era el sonido que despertó a otras vicuñas. Todos estaban muy asustados, pero el único que no tenía miedo era Ocli porque sospechaba que esas criaturas extrañas no eran tan inteligentes como él.
-¡Aaaaaaaaaaahhhhhhhhh!-, una de las vicuñas gritó porque esas criaturas extrañas tenían armas de fuego y mataban a muchas vicuñas. Aún así Ocli no tenía miedo; el empezó a morder a las criaturas extrañas, le intentaban matar a Ocli pero el esquivaba las balas.
Era como una guerra del bien contra el mal, las demás vicuñas empezaron a ayudar a Ocli pateándolos, empujándolos, mordiéndolos y así es como lograron que las criaturas extrañas se fueran de su territorio. Todos empezaron a felicitar a Ocli porque su valentía salvó su manada.
FIN

lunes, 17 de mayo de 2010

La vicuña perdida

Un dia una vicuñade las punas de la región de ayacucho se perdio en pleno año de frío.
La vicuña caminó y caminó hasta llegar a un pueblo donde vió que allí estaba su manada se emocionó tanto que se fué donde ellos.

sábado, 15 de mayo de 2010

la vicuña y su familia

Hace muchos años una familia de vicuñas se mudaron a la puna más fria, la vicuña más pequeña ,
al mudarce desaparecio, sus padres se preocuparon por su cria.
La vicuña se encontró con un niño perdido y depronto se hicieron amigos y le puso un nombre hermoso:EDWARD, jugaron mucho que se calentaron por correr .
Despues de gran rato unos casadores se hacercaron a ellos y era la familiadel niño ,él se asustó
y se fueron corriendo; llegaron a un bosque lleno de zorros se asustaron mucho mas así que salieron corriendo más rápido que los zorros .

Luego vieron como sombras, parecian caballos y se asustaron muy feo ,la vicuña reconoció a su
familia y se fue corriendo con el niño hacia ellos y el niño le dejo muy triste a la vicuña .
Luego de que el niño despues de caminar se encontro con su padre , el niño le conto lo sucedido.

la vicuña

la vicuña es la especie mas pequeña de los cuatro camelidos sudamericanos . Apenas lacanza un metro de altura . Abita en las llanuras de los altos andes, a una elevacion de 4000 sobre el nivel del mar . Su distribusion natural se extiende desde el Ecuador hasta el norte de Chile y Argentina.

la vicuña

la

LA VICUÑA

LA VICUÑA



Su nombre cientifico es (Vicugna vicugna), las vicuñas son los camélidos más pequeños, pesan entre 40 y 50 kg y tienen una longitud de 80 cm. Son silvestres. Su color es beige o vicuña (marrón claro rojizo) en el lomo y blanco en la zona ventral y las patas, con variaciones dependiendo de las zonas geográficas donde habitan. Las poblaciones norteñas son más oscuras y tienen un mechón en la parte delantera de pelos largos y blancos (mechón pectoral). Las vicuñas tienen las patas con almohadillas y la fibra de su lana es la más fina del mundo.Las vicuñas son los camélidos más pequeños, pesan entre 40 y 50 kg y tienen una longitud de 80 cm. Son silvestres. Su color es beige o vicuña (marrón claro rojizo) en el lomo y blanco en la zona ventral y las patas, con variaciones dependiendo de las zonas geográficas donde habitan. Las poblacion.Su distribución se limita a la puna, a más de 3.200 msnm. Las vicuñas habitan las altiplanicies de clima frío y seco. Son herbívoras y se alimentan de las plantas de la estepa puneña. Otros animales que también se alimentan en estas estepas son los ñandúes, la vizcacha, la chinchilla y otros camélidos (guanacos, llamas y alpacas). Las vicuñas están muy adaptadas al ambiente donde viven, ya que son los herbívoros silvestres nativos del continente americano más importantes en ese ecosistema. Por su forma de alimentarse se les ha denominado “pastoreadores de bajo impacto”, lo que significa la posibilidad de rápida recuperación de las pasturas. A diferencia de los camellos, las vicuñas son “bebedoras obligadas”, en todos los días, por lo que generalmente viven cerca de los ríos o de lagunas.es norteñas son más oscuras y tienen un mechón en la parte delantera de pelos largos y blancos (mechón pectoral). Las vicuñas tienen las patas con almohadillas y la fibra de su lana es la más fina del mundo.




















miércoles, 12 de mayo de 2010

Archivo:Vizcacha in the Atacama.jpgLas vizcachas son roedores, que, junto con las chinchillas, forman la familia Chinchillidae.

Las vizcachas se clasifican en dos género separados, Lagostomus y Lagidium, que incluyen las siguientes especies:


sábado, 24 de abril de 2010

La llama

La Llama

Jane C. Wheeler

La llama es el más grande de los camélidos domésticos y se asemeja a su progenitor el guanaco (L.g. cacsilensis) en casi todos los aspectos morfológicos y comportamiento social.

1. Distribución y Ecología.

Igual que su progenitor el guanaco, la llama se ha adaptado a un amplio rango de condiciones medioambientales (Fig. 1.5). Después de su domesticación en las punas peruanas, hace aproximadamente 6,000 años (Wheeler 1984 a y b; Wheeler et al. 1976; Wing 1977, 1986), fué llevado por el hombre a los valles interandinos peruanos y al norte de Chile donde se han encontrados restos en sitios arqueológicos con una antiguedad de 3,800 años (Wing 1986; Hesse 1982b). La crianza de llamas se extendió, 2,400 años más tarde, a la costa norte de Perú (Pozorski 1979; Shimada y Shimada 1985) y al Ecuador (Wing 1986; Stahl 1988; Miller y Gill 1990) llegando a jugar un rol importante en la economía local de ambas regiones. Además, existen evidencias que fueron criadas hace 900 años en la costa sur del Departamento de Moquegua (Wheeler, material inédito) y, hace 600 años, en alta ceja de selva del Departamento de San Martin (Wheeler, material inédito). Se conoce que durante el Incanato (1470-1532) caravanas de llamas solían acompañar a los ejércitos reales, extendiendo de esta manera la distribución de esta especie a lo largo de los Andes desde el sur de Colombia a la zona central de Chile.

La actual distribución de la llama es un producto de la historia. Con la llegada del dominio español y la introducción de ganado foráneo en 1532, los rebaños nativos fueron rápidamente diezmados y desplazados de la costa y los valles interandinos a las punas de gran altura, donde los animales europeos no prosperaban (Flores Ochoa 1982; Wheeler 1988b). Actualmente en el extremo norte de su distribución se encuentran poblaciones relictos en la zona de Pasto, Colombia (1° latitud norte) y Riobamba, Ecuador (2° latitud sur). Al sur, se extienden hasta aproximadamente 27° en el centro de Chile, pero la zona de mayor productividad esta ubicado entre 11° y 21° latitud sur entre elevaciones de 3,800 a 5,000 m.s.n.m.

jueves, 22 de abril de 2010

LA LLAMA


La llama (Lama glama) es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia Camelidae. Es un gran animal originario de los Andes, Patagonia y Tierra del Fuego en Argentina, Bolivia, Chile (incluyendo la isla Navarino), noroeste de Paraguay y sur del Perú; domesticado en el sur del Perú, oeste de Bolivia y noroeste de Argentina.
Se pueden distinguir características particulares entre las llamas y las alpacas, como por ejemplo la altura, dado que las llamas son más grandes (entre 1,6 y 1,8 metros de altura y 130-155 kg de peso) tienen la cabeza ovalada en vez de redonda y por que las llamas son más suaves. La diferencia principal entre las llamas y los camellos es que los camellos tienen joroba y las llamas no, y que las llamas tienen pezuñas y los camellos no. No obstante comparten algunas características adaptativas como sus almohadillas plantares, su paso de ambladura y su resistencia a ambientes con poco oxígeno.
Actualmente existen muchos rebaños (tropas) de llamas en
Europa, Japón, Estados Unidos de Norteamérica y Nueva Zelanda. Existen gran variedad de colores y tipos de pelaje, dependiendo del tipo de llama y su uso. El diámetro de la fibra oscila entre 20 y 80
L. glama micrómetros, dependiendo si son productoras de fibras o de carga.

la vicuña


La vicuña es la especie mas pequeña de los camélidos sudamericano ,puede medir un metro,habita en las llanuras de los Andes en una elevación a 4000msm ,su distribución natural se extiende desde Ecuador hasta el norte de Chile y Argentina lo mejor es que los machos solteros esten en otro grupo ya que en la epoca de celos el macho dominante es el mas codiciado entonces surgen las disputas entre ellos , eso consiste engolpes,mordeduras hasta que uno de los integrantes se largen. la vicuña está en peligro de extención debido a la casa constante ya que solo le quitan la lana y los dejan tirados en algun lugar, tambien matan a crias.
Así que deberiamos tomar concienci y ya no matarlos.

lunes, 19 de abril de 2010

domingo, 18 de abril de 2010

la vicuña




la vicuña es un animal q viene de los camelidos,es una especie de mamifero artiodactilo ,propia de Sudamerica que vive en el altiplano andino, en los actuales territorios del sur del Perú, parte de Bolivia, Andes de Ecuador, norte de Chile y noroeste de Argentina. La principal población de este camélido, se encuentra en el Perú.

viernes, 16 de abril de 2010

la llama



La LLAMA es la forma doméstica del guanaco y fue posiblemente el primer animal que crió el hombre andino hace unos 8,000 años... uno de los más importantes de épocas prehis-pánicas.Ello se refleja en numerosos relatos que atribuyen a la LLAMA rasgos divinos, como aquél donde se ofrendan llamas a los apus tutelares, o el de la llama blanca que emerge del La-go Sagrado, y otros más.Cuando los españoles llegaron al Perú quedaron admirados con la LLAMA, pues a diferen-cia del caballo que necesita una ración diaria de comida bien balanceada, herrajes, arnés, y silla para transportar carga, la LLAMA posee una fisonomía apropiada para ello y puede
MORFOLOGÍA

Tamaño : Entre 1 m y 1.2 m de altura hasta la crucera.

Peso : Tiene un peso promedio de 110 kg.

Cabeza : Cabeza pequeña y sin pelos en el rostro.

Cuello : Largo y delgado, útil a la hora de pastar.

Hocico : Cuyo labio superior es alargado con una fisura en la parte central.

Orejas : Finas y algo pequeñas, erectas en estado de alerta.

Ojos : De forma redondeada y generalmente de color oscuro.

Dientes : Grandes que le permite cortar el pasto y no arrancarlo de raíz.

Patas : Largas y con plantas almohadillas que no dañan el sueloalimentarse con tan sólo una hierba que crece en cualquier lugar del Ande: el ichu.
HÁBITAT Y POBLACIÓN
La LLAMA vive en toda la región andina, desde Colombia hasta Bolivia, así como al norte de Argentina y noreste de Chile. En el Perú, la mayoría habita los Altos Andes, a más de 3,800 msnm.Se estima que nuestro país concentra una población aprox de 900 mil LLAMAS, de un to-tal de 2.5 millones a nivel mundial.
autoras:valeria y adriana.

la llama


La llama (Lama glama) es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia Camelidae. Es un gran animal originario de los Andes, Patagonia y Tierra del Fuego en Argentina, Bolivia, Chile (incluyendo la isla Navarino), noroeste de Paraguay y sur del Perú; domesticado en el sur del Perú, oeste de Bolivia y noroeste de ArgentinaSe pueden distinguir características particulares entre las llamas y las alpacas, como por ejemplo la altura, dado que las llamas son más grandes (entre 1,6 y 1,8 metros de altura y 130-155 kgde peso) tienen la cabeza ovalada en vez de redonda y por que las llamas son más suaves.

la llama


La llama (Lama glama) es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia Camelidae. Es un gran animal originario de los Andes, Patagonia y Tierra del Fuego en Argentina, Bolivia, Chile (incluyendo la isla Navarino), noroeste de Paraguay y sur del Perú; domesticado en el sur del Perú, oeste de Bolivia y noroeste de ArgentinaSe pueden distinguir características particulares entre las llamas y las alpacas, como por ejemplo la altura, dado que las llamas son más grandes (entre 1,6 y 1,8 metros de altura y 130-155 kgde peso) tienen la cabeza ovalada en vez de redonda y por que las llamas son más suaves.